Viernes Santo, el Viacrucis y un milagro por la vida


Con esta nota, iniciamos una Serie denominada Diez Notas Sobrenaturales, de la autoría del periodista riohachero, Marcos Antonio Barros Pinedo.

Los invitamos para que sigan capítulo a capítulo esta serie de notas, que atraparán su atención desde el primer relato, porque de cosas que muchas veces no podemos explicar, está lleno el mundo.

Serie ‘Diez Notas Sobrenaturales’
Nota Número Uno

¡Bienvenidos!

Un Viernes Santo muy difícil para mi salud, pero me salvó el Viacrucis de Cristo, y el rezo de un Padre Nuestro


 Marcos Antonio Barros Pinedo

Por Marcos Antonio Barros Pinedo

Corrían los años de mi adolescencia y me gustaba la práctica del deporte, especialmente el fútbol.

Jugaba en un equipo de nombre 'Peñarol', que era de propiedad de Jaime Deluque Freyle.

Participamos de un Campeonato Pre-juvenil, en la antigua cancha, ubicada frente al Cementerio Central de Riohacha.

Ese equipo lo conformaban Emito De Luque, César Castro Julio, Efrén Rodríguez Frías, Tyrone Mejía, Homero Pimienta López, Orlando Móvil Melo y Jairo Rosado, entre otros. Mi posición era de arquero.

En un partido me le tiré a los pies a un delantero del equipo rival, y recibí un fuerte golpe en la cabeza.

.El partido fue en horas de la mañana

Ganamos un gol por cero. Recuerdo que le detuve un tiro penal a Gabriel Gómez, 'Jopia', ya fallecido.

El partido fue en las horas de la mañana. Cuando me encontraba en mi casa, en la calle 9 número 6 - 21, en las horas de la tarde, me sentí muy mal. Se me presentó entonces un fuerte dolor de cabeza, producto del golpe que había recibido en el partido de fútbol, en las horas de la mañana.

El dolor era tan insoportable que mi madre Rita Pinedo, trató de aliviarlo, suministrando dos pastillas de Mejoral. El medicamento me produjo un sueño profundo, y me sobrevino una fiebre terrible, que casi me quita la vida.

Lo que recuerdo de esa situación es que durante más de una hora, -durante ese sueño profundo-, me traslade a un lugar, donde ví el Viacrucis de Nuestro Señor Jesucristo.



La multitud de personas era impresionante. Nuestro Señor Jesucristo avanzaba cargando la cruz y era azotado por soldados con cascos romanos. Vi perfectamente cuando la Virgen María se acercó a Jesús, y con un trapo blanco le secó la sangre. Su rostro, quedó impregnado en la tela.

Como simple espectador, ví como Jesús 'El Nazareno' tuvo las siete caídas de las que habla la Biblia. Cuando Jesús estaba llegando a un sitio lleno de árboles, donde al fondo se veía un lago, sorpresivamente desperté.

Pero me apareció otra vez  el terrible dolor de cabeza y la fiebre era tan alta que casi me carbonizo. Mi madre Rita Pinedo y mi hermana Pastora Barros Pinedo, se preocuparon y ya habían tomado la decisión de trasladarme al Hospital Nuestra Señora de los Remedios, para la revisión médica de urgencia.

Pero de manera sorpresiva llegaron a la casa mi tía Petra Barros y mi prima hermana Josefa Rosario Sampayo Barros. De inmediato ingresaron a mi cuarto y vieron el estado tan lamentable en el cual me encontraba.

A mí mamá, a mi hermana Pastora, a mi tía Petra y a mi prima Josefa Rosario, se le salieron las lágrimas.

Luego mi tía Petra con la mayor tranquilidad posible, le pidió un limón a mi mamá. Lo partió en dos partes. Una tapa la pasó por mi frente, e hizo una cruz simbólica. Acto seguido me puso la mano en la cabeza y rezó: "Padre Nuestro que estás en los Cielos y Santificado sea tu Nombre..."

Mi tía Petra le dijo a mi mamá: "Esto que le hice, lo va a mejorar. No lloren más, que todo saldrá bien."

Antes de la media hora se me presentó una crisis, me dieron nauseas y vomité. De inmediato se me quitó la fiebre y el fuerte dolor de cabeza.  Para mí, todo regresó a la normalidad con relación a mi salud.

La alegría y las sonrisas afloraron en los rostros de mi mamá, Rita Pinedo; mi hermana Pastora Barros Pinedo; mi tía Petra y mi prima hermana Josefa Rosario Sampayo Barros.
¡Qué momentos tan difíciles!

Dios me dió una segunda oportunidad cuando de manera sorpresiva, llegó a la casa mi tía Petra Barros, y me  salvó la vida cuando momentos antes, estaba en un verdadero peligro de morir.

Fueron momentos que nunca he podido olvidar. A mi tía Petra, día a día, la recuerdo. Porque se que Dios Todopoderoso me la tiene en su Santa Gloria.

¡Cómo se pasa de rápido el tiempo. Qué importante es Recordar. Y ... Pare de Contar!

Título Original: Un Viernes Santo muy difícil para mi salud, pero me salvó el Viacrucis de Cristo, y el rezo de un Padre Nuestro

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